De vez en cuando cae en mis manos alguna que otra bizarrada digna de la mente más destrozada y mugrienta; pajilleros imberbes o señores con ciertas necesidades en todo caso. Culpa en parte del señor Suso Humbrías, compañero de retro y que tiene a bien deleitarnos con alguna entrada en su blog Susoelfuelte, y quien ha sido el que me ha hecho llegar este singular videojuego del que hasta ahora sólo había escuchado hablar.
misiles fuera.
¡Y vaya juego! Dildo Tank es de esos títulos a los que dedicarle unos minutos entre risas pero tampoco mucho más. Si acaso algún que otro comentario de asombro y en mi caso poco equilibrado una entrada como esta.
Disponible en dos idiomas y con la posibilidad también de jugar con una versión censurada (con ocultamiento pixelado vaginal incluido), Dildo Tank nos mete en la piel de un poderoso tanque lanzador de dildos como pepinos, mientras un grupo de señoritas desprovistas de cualquier tipo de ropa, además de prescindir de brazos y cabeza (para algunos la mujer perfecta), bailotean abriendo y cerrando sus miembros inferiores a la vez que evitamos ser pisoteados por ellas e intentamos acertar en el medio de sus cavidades para derrotarlas.
todo un alarde de posibilidades
El manejo es harto sencillo; manejamos las teclas direccionales para movernos y la tecla de espacio para disparar dildos como misiles, aunque también hemos de lidiar con momentos de plataformeo y que entorpecerán nuestra labor.
La guinda del pastel son los jefes finales de cada escenario. Bueno... jefas, realmente. Salvo el calzado con clavos y algún que otro adorno, poca diferencia hay respecto al resto de "enemigas" a las que deberemos de enfrentarnos a lo largo y ancho de un determinado número de niveles que van aumentando su dificultad. El diseño de éstas es siempre el mismo y el cometido idéntico: pechotes y vaginas caricaturizadas de tamaño gigantesco en las que deberemos introducir el artilugio plástico fatal.
tenemos toda una historia detrás
Los sonidos que acompañan al juego se limitan a simular gemidos y pequeños orgasmos, amenizados por una banda sonora sin demasiada estridencia pero que sorprende por esperarnos bastante menos calidad en ella.
Pero lo mejor es el argumento. Aquí charlamos con una especie de compañero virtual que nos pide ayuda para derrotar a "las mujeres sin cabeza". Todavía no me lo he terminado, pero por lo poco que he visto se avecina un final de juego bastante inusual.
la vagina comedora de dildos. Hay pechotes pero no salen en las fotos
Dildo Tank: sin duda todo un triple A a tener en cuenta en tu biblioteca virtual. Una ida de olla como una vagina de grande, pero por suerte o por desgracia no la única.
Sabido es, que en el mundo de los videojuegos y en el entretenimiento visual en general, proliferan sobre todo aquellos productos que en mayor o menor medida gozan de cierto regusto por la violencia y la acción. Lógico si tenemos en cuenta que desde que el hombre es hombre, éste se ha servido de ambas como base de su historia evolutiva y casi siempre ha supeditado estos valores a otros tanto en su modo de ser como en la manera de actuar.
Afrika para Playstation 3: lo que pudo y nunca llegó a ser.
Por eso y en los tiempos que corren; en una sociedad enquistada y sometida por normas, el ciudadano de a pie se hace valer de la simulación como vía de escape para todo aquello que en condiciones normales nunca podría hacer sin temor a sufrir algún tipo de penalización. Cine y videojuegos son armas en este caso que sirven para dar rienda a todos nuestros apetitos, y es entonces que cuando sale al mercado un producto como el dedicado a esta entrada, con tantas posibilidades pero a todas luces contemplativo y pacifista, no resulta extraño que surjan voces que pongan en entredicho todo su planteamiento.
Y es que Afrika para Sony Playstation 3, a pesar de lo que muchos desearían en un videojuego provisto de amplios espacios naturales y animales salvajes campando a sus anchas, no es un título de caza. Afrika aboga por la vida y como tal se sirve de ella para darle forma al juego. Aquí no hay esperas ni trampas, ni rastreos de piezas o el uso de armas. Aquí nuestras únicas herramientas son armarnos de paciencia y una cámara fotográfica.
Afrika, aunque es gran idea y cuenta con el apoyo del National Geographic, amén de gozar de una de las animaciones y comportamientos más exquisitos y realistas de la fauna africana existente en un videojuego, no deja de ser un quiero y no puedo. No sólo por los dos minutos de carga a la que nos somete la primera vez que lo ejecutamos (usando 400 mb como espacio de reserva para almacenamiento de la gran cantidad de fotografías que podemos realizar) sino porque toda la puesta en escena y todo lo que daba de sí el tráiler con el que sus creadores nos lo habían vendido, distan mucho del producto final.
Por desgracia el juego no es todo lo sandbox que merecería.
El menú; escueto y en riguroso inglés, cuenta con numerosos caracteres nipones al no haber sido traducido por completo y dando la sensación de encontrarnos jugando con una demo. También desde aquí tendremos acceso a otras opciones como la propia entrada al juego (no existe una versión multijugador) llamando la atención una suerte de enciclopedia en la que se habla en detalle de las más de 58 especies que veremos.
Hay que decir que Afrika es un juego apto para todos los públicos. Como ya anticipaba, el título no cuenta con nada de sangre ni da esa posibilidad. Las únicas escenas de "acción" que viviremos serán aquellas que se refieran a cierto tipo de logros o misiones en las que deberemos de fotografiar a un leopardo cazando a una gacela o a un grupo de hienas haciendo lo propio. Siempre por supuesto, y ese es otro de sus grandes defectos, sin poder interactuar de algún modo salvo para plasmar la imagen de turno. Comprendo entonces que esto pueda echar para atrás a la gente que desee juegos con algo más de acción e interactividad.
Tampoco ayuda el hecho de que el juego en realidad no sea tan sandbox como pretenda al delimitar los espacios de manera dramática y convirtiéndolo en una experiencia un tanto lineal. Ni siquiera podremos desplazarnos más allá de los límites preestablecidos para realizar algunas de las misiones, dividiendo las zonas por sectores y obligándonos el acceso a éstas por medio de distintas pantallas de carga. Una pena no poder perderse por ese Afrika salvaje que nos vendieron cuando todavía se estaba desarrollando el juego.
Cómo nos la colaron con el tráiler de Afrika para Playstation 3.
Y mucho menos el sistema de misiones que intenta entronizarnos en los pormenores del juego. Las susodichas nos van llegando a un portátil en el que además de gestionar nuestros correos podremos irnos haciendo con diferentes objetos. Desde una tienda de campaña hasta un todoterreno al que podemos cambiarle el color de la chapa, pasando por un micrófono muy útil para misiones en las que necesitemos captar sonidos de animales. También contamos con distintos modelos de cámara y lentes con sus respectivas mejoras y para la que Sony se ha prestado a mostrarnos algunos reales y ya existentes. Todo sea para realizar mejores capturas y secuencias.
El empleo de físicas utilizado así como el nulo sistema de daños, tampoco sirve de mucho. Máxime cuando veamos cómo nuestro lento jeep de marca Suzuki choque contra un pequeño arbusto o cualquier animal y se detenga. También chirría el empleo de los fluidos, muy mejorable y que junto con el resto del decorado parece haberse quedado en los tiempos de Playstation 2.
Por el contrario, los animales y verdadera alma de este juego, cuentan con gran cantidad de animaciones y un modelado exquisito a la par que impresionante. Es como si estuvieras viendo un documental de la 2. Ya bien en solitario o en manada, los comportamientos son muy reales, aunque se echa de menos algo más de variedad. De hecho, y salvo por algunas misiones ya preestablecidas, no veremos a un león cazando búfalos al atardecer ni a un cocodrilo al asalto de una manada de búfalos mientras cruzan un río. Aquí no hay sorpresas. Algunos grupos de animales ocuparán ciertas áreas dependiendo del momento del día (con su ciclo completo y permitiéndonos salir a hacer safári de noche) y eso le dará algo de movimiento y variedad al conjunto. Salvo cuando al percatarse de nuestra presencia los animales huyan o en el caso de los depredadores nos acaben atacando por aproximarnos demasiado, no existe ningún de tipo de actuación del jugador respecto a los mismos. Todo ello amenizado eso sí, por unos atardeceres y unos fondos impresionantes y fotorrealistas que no ocultan la paupérrima calidad de las texturas y el acabado de los escenarios en general.
Pese a todo, el juego nos dará buenos momentos gracias a su ambientación.
Dicho ésto, mucho me temo que hemos dado ya con las únicas virtudes del juego. El recorrido es prácticamente lineal y no podremos alejarnos demasiado de los puntos establecidos. Las misiones son harto repetitivas (capturar imágenes y sonido, poco más); los objetos que conseguimos únicamente se pueden utilizar en puntos específicos (no esperes montar la tienda de campaña en cualquier sitio o sacar panorámicas desde cualquier lugar). Se salvan algunos momentos en los que la banda sonora decide sonar. Una lástima que el juego se haya quedado a medio camino con todo el potencial que tenía.
Conclusión:
Por desgracia y para algunos puede que hasta suerte, este juego no ha salido del mercado japonés salvo por el hecho de poder conseguirse a muy buen precio de importación. Desconozco ahora mismo si el juego cuenta con parches o descargables que lo hagan más interesante. Gráficos desfasados para un juego que sin embargo muestra unas animaciones en los grupos de animales realmente fascinante, pero que también peca de falta de variedad. El hecho de que sea un juego distinto no desempaña el resultado final. Afrika es un juego que pudo haber sido mucho más de lo que es.
Los atardeceres son de lo mejorcito de Afrika para Ps3, gráficamente hablando.
A favor:
-Variedad de animales y gran calidad en las animaciones.
-Atardeceres fotorrealistas.
-Banda sonora.
-Potencial... sólo potencial.
En contra:
-Que no sea un verdadero sandbox y se note demasiada linealidad.
-Que no podamos usar los objetos en cualquier parte.
-Le falta realismo al comportamiento animal. No hay sorpresas.
-Tras el primer impacto inicial se vuelve muy repetitivo.