Ya tardaba, pero aquí os traigo un nuevo retro-análisis de ésos que tanto os gustan a la mayoría de los visitantes de este humilde blog. En este caso vuelvo a las andadas con uno de los más grandes clásicos de los videojuegos que salieron a la palestra allá por el año 1984 gracias a la labor de Gem Sotfware y distribuido por Amsoft. Oh Mummy para CPC Amstrad, un título que bien podría ahora mismo ser uno de tantos corriendo por las entrañas y sistemas de tablets y smartphones.
Y es que tablas para ello como videojuego casual tiene de sobra. El caso es que, a pesar de que ya lo conocía, no había tenido hasta ahora la oportunidad de jugarlo como Dios manda. Tengo que darle las gracias desde estas páginas al señor Bag-Man (RetroGalego), uno de los tipos más divertidos y mejor persona, además de ser un apasionado entendido del mundillo retro que he tenido el placer de conocer, y por haberme acercado y ayudado a conseguir la rom para el juego en cuestión. También tengo que decir que la versión que ha caído en mis manos es precisamente la incluida en Oh Mummy Genesis de SEGA Megadrive, una reedición realizada con sumo cariño por 1985 Alternativo, estudio español, con muchas mejoras y extras, y de la cual he cargado las imágenes adjuntas aunque ya os hablaré de ella en el futuro.
Pero vamos al lío, que nos conocemos.
Oh Mummy CPC 464
Como ya os comentaba, el juego apareció en el año 1984 con motivo de la salida de los primeros CPC 464 de Amstrad e incluido en un pack de videojuegos, saliendo poco más tarde sendas versiones para MSX y también ZX Spectrum. De todos modos esta versión no explotaba todas las capacidades técnicas del conocido "ordenador".
El objetivo y localización del juego es bien simple. Nos encontramos en el lejano Egipto como jefe de una expedición arqueológica patrocinada por el Museo Británico junto a cuatro colegas más y haciendo un total de cinco. Nuestro cometido no será otro que el de hallar todo tipo de tesoros y secretos en el interior de las pirámides recién descubiertas, al tiempo que sorteamos las peligrosas momias que tratarán de hacernos frente y que dan nombre al videojuego.
Aunque no es de los mejores, gráficamente el juego cumple bastante con predominio de unos colores por encima de otros (sobre todo el amarillo). Los personajes son esquemáticos y planos a excepción del protagonista. Tampoco es que se hayan desmedido a la hora de realizar el diseño de los escenarios, pero a estas alturas y teniendo en cuenta la época y su parecido con otros grandes clásicos como Pac Man (del cual bebe muchísimo) tampoco es algo que debamos reprochar o condenar.
El juego original apenas goza de sonidos de tipo fx estando siempre presente una melodía hipnótica desde el principio hasta el fin; basada ésta en una canción infantil llamada "Las calles del Cairo". Cuesta un poco, de hecho yo diría que bastante, hacer que el personaje responda a la primera a la hora de entrar por los diferentes pasillos, aunque sí debemos destacar que el movimiento de éste por la pantalla disfruta de gran suavidad.
La dificultad es variable y se va complicando a medida que avanzamos por los distintos laberintos. Las momias son cada vez más numerosas pero también mucho más rápidas, inteligentes, y por lo tanto implacables. Lo difícil es encontrar la llave y el sarcófago del faraón; elementos indispensables para volver a entrar por una de las puertas superiores y así pasar de nivel. Para ello debemos rodear cada uno de los rectángulos existentes dejando al descubierto su contenido y guiándonos por nuestras huellas al caminar. Tenemos desde pergaminos para eliminar a las momias hasta items que pueden complicarnos la experiencia algo más. Mucho cuidado con destapar a la momia reina, pues ésta es mucho más agresiva y ágil que las otras.
Aunque cada sección o pirámide se compone de cinco niveles, el juego tiene una longitud infinita durante todo el tiempo que nos duren las cinco vidas; es decir, nunca acaba, asegurando al jugador (único jugador o single player) muchísimas horas de diversión.
Poco más se puede decir de un juego tan simple como este Oh Mummy para CPC, un videojuego sencillo pero de gran adicción.
Poco más se puede decir de un juego tan simple como este Oh Mummy para CPC, un videojuego sencillo pero de gran adicción.
Lo mejor:
-Adictivo.
-Dificultad variable.
-Infinito.
-Un clásico.
Lo peor:
-Dificultad añadida a la hora de entrar en los pasillos.
-Un único jugador.
-Una única melodía.
Remake de 1985 Alternativo.
Conclusión:
Nos encontramos ante uno de los juegos más míticos de los años 80. Llegado en un pack como reclamo para los recién salidos CPC Amstrad (año 1984), el juego sin embargo no explota todas las capacidades gráficas de la máquina. No obstante se trata de un título muy extenso y adictivo. Totalmente recomendable.
Os dejo con un gameplay y os invito a que visitéis el canal en Youtube.