Hoy (día del libro) va una de esas entradas que a nadie le importa pero que a mí, en especial, me hace muchísima ilusión. Parece que fue ayer cuando acudía tras las clases en el instituto -a veces los sábados por la mañana- al kiosco del señor José Cadaval; un hombretón de baja estatura, dicharachero y afable, que se parecía en todos los aspectos al galo Asterix, tanto en la pose, como en el rostro y el color de su pelo; que gustaba de contar siempre algunas de sus "epopeyas" allende las Alemanias (mucho antes de lo que sucede ahora), así como sus primeras vicisitudes recién llegado después a Ginebra a mediados de los años setenta.
UOOOHHH CONSEGUIDO!!!!
Más de dos décadas han tenido que pasar para que, después de acudir religiosamente cada quince días al establecimiento, desde la salida del primer número en abril de 1992, pudiera ayer; curiosamente también abril 22 y a sólo dos días de mi cumpleaños (qué mejor regalo sin duda), por fin completar la extensa colección de cómics dedicados a uno de los más grandes de la historia del manga japonés: Dragon Ball, serie blanca y roja; una colección de la que aquí os muestro un extracto de lo que tengo, a la que vez que me declaro fiel seguidor de Son Goku y demás personajes de la franquicia.
La verdad es que hacerme con los últimos números ha costado lo suyo; tanto por el tiempo dedicado en su búsqueda como por lo que he tenido que apoquinar. En algunos casos hasta por encima de cuatro veces su valor original. 153 números en el caso de la Serie Blanca, que va desde cuando Son Goku es pequeño hasta su lucha con Freezer, y 58 en el caso de la Serie Roja, que la sigue hasta el final con el legado de Bu (sin contar ese nefasto para mi gusto, Dragon Ball GT).
Si bien la historia en el manga es fiel a la serie de anime, éste sin embargo se come algunos episodios que pudimos ver en televisión. Historias que, por otra parte, tampoco resultan determinantes en el devenir de los acontecimientos y las inquietudes que convirtieron a los personajes en lo que ahora conocemos. ¿Cómo se llamaba aquella tetuda que vivía con el "Mestre Mutenroi" en la isla? Pues ese es uno de los ejemplos.
Los últimos de Filipinas...
El motivo de que a pesar de ir quincenalmente a mi cita con el kiosquero para desembolsar las dolorosas 175 pesetas que costaban de aquella, me faltaran hasta un total de 26 números (hubo un tiempo que tuve que mandar una carta para pedir a Barcelona algunos de la serie blanca a la editorial por problemas con la distribución), no era otro que el hecho de que los números de la Serie Roja (los que me faltaban) habían empezado a venderse junto con la Blanca. Para cuando me enteré de que había una colección simultánea, ya habían pasado unos cuantos meses, y de hecho eran precisamente los 20 primeros números y algunos otros salteados los que me faltaban para completarla. Hay que decir que, poco después de que la Serie Blanca y Roja finalizaran, la editorial sacó varias reediciones con la portada resaltada en otro color (amarillo y azul creo recordar). Por lo tanto la que yo tengo, es la primera y original. La de 1992, recordad; por si alguno quiere hacerse con ella, aunque ya os aviso que los precios, dependiendo del estado del material, ronda entre los 300, 400 y hasta 600 €uros si uno sabe buscar. Un precio que dentro de diez años lo superará, pero que de todos modos, la colección al completo y de una atacada es difícil de vender por estar dedicada a un público muy especial.
Ebay, foros, anuncios de todo tipo. Lo que más me daba la lata eran los gastos de envío y que la mayor parte de los vendedores rara vez tenían más de dos o tres números de los que me faltaban. Así estuve hasta que ayer mismo me llegaron, y de un mismo vendedor, los últimos diez que necesitaba. No lo dude ni un momento, y a pesar de que la suma me subía en un buen pico, decidí que no quería buscar más. Tengo que reconocer que soy bastante pesado, y hasta pude hacerme con los números a un 10% de descuento y a un 15% en algunos casos.
Ha sido como si acabara de parir. Y es que dos décadas después, por fin puedo decir que la tengo terminada. Me frustraba saber que por un error de cálculo me había quedado sin el cien por cien de esta fantástica colección, a la que tengo que sumar los animes salidos hasta la fecha, todos los episodios de la tele en Gallego y Catalán, posters, pegatinas, y algunos números de la serie blanca en catalán, como también diversas figuritas de plástico que un día os tendré que mostrar.
La colección al completo (211 números). Ahora una telita negra por encima para taparla del todo... y a dormir.
Y ahora que la tengo, me surge la pregunta: cuando yo muera... ¿a quién coño se la dejo?